«Es necesario que Él crezca, pero que yo mengüe.» (Juan 3:30)
Hay cosas en nuestra vida que, aunque sabemos que nos alejan de Dios, nos cuesta soltar. Son hábitos, relaciones, entretenimientos, o incluso actitudes que parecen inofensivos, pero que poco a poco roban ¿Qué Es Eso Que No Has Podido Dejar?
Todos tenemos algo que nos cuesta entregar:
- ¿Es el orgullo que te impide humillarte?
- ¿Son esas redes sociales que consumen horas que deberían ser de oración?
- ¿Es ese resentimiento que no quieres perdonar?
- ¿Es ese pecado escondido que nadie ve, pero que sabes que entristece a Dios?
Jesús no busca una entrega cómoda, sino un sacrificio verdadero. Él no se conforma con las sobras de tu tiempo, de tu corazón o de tu obediencia. Quiere todo.
El Verdadero Sacrificio
En el Antiguo Testamento, Dios no aceptaba cualquier ofrenda; pedía lo mejor, lo que costaba (2 Samuel 24:24). Hoy, Él sigue buscando adoradores que no den lo fácil, sino lo que realmente representa un costo para ellos.
¿A soltar lo que, aunque duela, te acerca más a Dios?
¿Estás dispuesto a dejar lo que te ata?
Dios Te Dará Algo Mejor
Cuando ofreces a Dios lo que más te cuesta, Él no te deja en deuda. Siempre da a cambio algo superior:
Propósito en lugar de vacío.
Libertad en lugar de esclavitud.
Paz en lugar de culpa.
Es Hora de Decidirte
No sigas postergando lo que Dios ya te ha pedido. Hoy es el día de soltar, de quemar esos ídolos en el altar y dejar que el fuego de Su presencia consuma todo lo que te separa de Él.
«Presentaos vosotros mismos a Dios como vivos de entre los muertos, y vuestros miembros a Dios como instrumentos de justicia.» (Romanos 6:13).
No temas, porque lo que Dios tiene para ti es infinitamente mejor que lo que estás aferrando.
Oración:
«Señor, hoy te entrego lo que más me cuesta dejar. Quiero que Tú seas el primero en mi vida. Rompe toda atadura y lléname de Tu presencia. En el nombre de Jesús, amén.».